El receso o dormancia es un estado fisiológico temporal en que no se observa crecimiento ni desarrollo de las estructuras vegetales de los frutales de hoja caduca, debido a una reducción de su actividad, lo que les permite soportar las adversas condiciones climáticas del invierno en zonas frías.
Durante la endodormancia, una de las etapas del receso, es necesario acumular frío en las yemas para, posteriormente, desencadenar la brotación en la primavera siguiente. La cantidad de frío requerida para salir del receso invernal varía según especies y variedades, lo que resulta fundamental a la hora de definir qué frutales pueden cultivarse en una zona determinada.
Una vez cumplido el requerimiento se necesitan temperaturas cálidas para que se desarrolle la brotación y floración. De acuerdo a lo anterior, para cada especie se definen la temperatura y calor necesarios para salir del receso invernal y entrar en el proceso de floración y brotación.
De esta manera, las condiciones de temperatura invernal y primaveral son determinantes a la hora de describir la fecha de ocurrencia y la duración de la floración. Ahora bien, a partir de la experiencia, se han descrito, efectos de una buena y suficiente acumulación de frío y, por el contrario, los efectos ante la falta de acumulación de frío.
Para la primera situación, considerando una buena acumulación de frío se espera una floración uniforme, corta y de buena calidad. En el caso contrario, donde los inviernos en que no es posible completar el frío necesario se ha observado una brotación y floración más tardía, desuniforme y prolongada donde puede haber una no coincidencia en la floración de cultivares y sus respectivos polinizantes. Lo anterior afecta la cuaja y puede haber casos donde la calidad de la fruta disminuya, afectando la producción.
En consecuencia, es necesario estimar la cantidad de frío acumulado durante el receso invernal, basado en la temperatura ambiental. Para esto, se han descrito modelos que se ajustan en mayor o menor magnitud a los diversos climas donde se producen los frutales de hoja caduca. Entre dichos modelos se encuentran el basado en las horas bajo 7°C, el modelo de Richardson y el modelo dinámico.
Modelo Horas Bajo 7°C
Este modelo, desarrollado en 1950, está basado en considerar efectivas, y en igual magnitud, todas las horas con temperaturas entre 0 y 7°C, de esta forma una unidad de frío corresponde a una hora de exposición a las temperaturas del rango mencionado. Es el más utilizado en Chile, sin embargo, el hecho de que se describan diferentes requerimientos de unidades de frío, para una misma variedad dependiendo de la localidad, haría suponer que no es una medida de referencia por sí sola.
Modelo de Richardson (UTAH)
El modelo de Richardson supone que la acumulación de frío ocurre en un rango de temperaturas entre 1,5 y 12,5°C y toda temperatura superior a 12,5 resta unidades de frío, mientras que bajo 1,5°C no se considera, por lo que está bien aceptado bajo condiciones de climas templados frescos y fríos, sin embargo en climas subtropicales, donde arroja una gran cantidad de valores negativos, no es muy utilizado.
Modelo Dinámico
Modelo que considera el efecto de las temperaturas entre 0 y 13°C, suponiendo que tienen un efecto positivo en la acumulación de frío y sobre 18°C el efecto es nulo. El modelo se basa en dos etapas, la primera, en que el proceso es reversible y que dependerá de la intensidad y duración de la exposición a la baja temperatura, mientras que la segunda etapa es un proceso irreversible y considera que una vez alcanzada una concentración crítica de un intermediario el frío se acumulará en forma de porción de frío (Figura 1).
Con el objetivo de comparar las unidades de frío acumuladas en la localidad de El Delirio, Sexta Región, Chile, se midieron las temperaturas registradas entre los meses de abril y julio de los años 2011 a 2015 y se incorporaron a dos modelos de acumulación de frío, el primero, Horas Frío base 7°C (Figura 2) y el modelo dinámico que acumula porciones de frío (Figura 3).
Según se observa en las dos figuras la acumulación de frío es similar para los dos modelos y considera que el frío acumulado en el año 2012 fue de los más bajos en comparación con los tres años restantes. Adicionalmente, los años 2013 y 2014 fueron los que acumularon más unidades o porciones de frío.
Respecto del año 2012, se destaca la floración por haber sido desuniforme, prolongada y con bajo cuaje de frutos, impidiendo hacer un ajuste de carga temprano en la temporada sino hasta esperar que se produjeran las caídas naturales antes de dejar la carga frutal definitiva. Respecto de la cosecha de fruta del mismo año, se observaron bajas producciones respecto de años anteriores, desuniformidades dentro de un mismo huerto y dentro de las mismas plantas lo que obligó a hacer floreos para cosechar la fruta que maduró a través del tiempo.
Con relación a los años 2013 y 2014 se observaron años de buena acumulación de frío, suficientes para esperar buenas floraciones y cuaje de frutos. El año 2013 fue golpeado por las heladas ocurridas en septiembre, por lo que en algunos cultivos no fue posible ver el efecto de la buena acumulación de frío, ya que la cantidad de flores y posteriormente fruta no fueron suficientes en cultivos como el dela ciruela. El año 2014 se caracterizó por ser un año en que la acumulación de frío fue suficiente para tener floraciones uniformes, acotadas en el tiempo y en general con buenos cuaje de frutos. Respecto de las cosechas, se observaron cosechas concentradas y con fruta de buena calidad considerando que durante las dos temporadas anteriores fueron de baja producción y las plantas mantendrían sus reservas disponibles.
En ambas gráficas la cantidad de frío acumulado este año se encuentra en una condición intermedia entre el frío acumulado los años 2012 y 2013-2014 registrando para la localidad de El Delirio hasta el día 4 de junio alrededor de 230 unidades de frío y 20 porciones para los modelos en base a 7,2°C y dinámico, respectivamente.