Por Natalia Camus
O’Higgins es la segunda región con mayor actividad en el mercado hortícola del país con un 15% de la superficie nacional, además, es la principal zona productora de ajo y cebolla de guarda (43% y 35% de la superficie nacional respectivamente). De acuerdo con las últimas iniciativas del gobierno de la región de O’Higgins, se espera que tanto los pequeños como medianos productores de ajo y cebolla se abran paso en el mercado norteamericano con la realización de un primer programa piloto de exportación, iniciativa apoyada por el Estado de Delaware (EE. UU.), ProChile e INDAP. Sin embargo, para impulsar esta iniciativa, y primero debemos enfrentar una de las principales problemáticas que afectan a las producciones agrícolas, como son las pérdidas de miles de millones de dólares anuales causadas por plagas y enfermedades que producen fuertes disminuciones, tanto en el rendimiento como en la calidad del producto. Por esta razón es fundamental hacer extensiva a los agricultores a través de capacitaciones y la entrega de información con respecto a estas problemáticas que dificultan en gran medida la obtención de un producto de calidad exportable.
En este contexto se enmarca la realización de un proyecto de Estrategia Regional de Innovación de O´Higgins, denominado “Transferencia programa de mitigación fitosanitaria en aliáceas (30474706-0)” el cual es financiado por el Fondo de Innovación para la Competitividad y el Gobierno regional, que tiene por objetivo que los productores de aliáceas de la sexta región tengan las herramientas necesarias que les permitan poder identificar con certera las enfermedades que se desarrollan en sus cultivos, el efecto de las alternativas de control que se utilizan, su modo de acción y la sensibilidad de los patógenos presentes a las moléculas que utilizan habitualmente, de modo que las aplicaciones que se realicen sean eficaces generando programas fitosanitarios específicos y que cumplan con los estándares de certificación aumentando así la competitividad de las hortalizas chilenas en el mercado internacional.
De acuerdo con la información disponible, las principales enfermedades que afectan al ajo y a la cebolla son provocadas por las especies de hongos correspondientes al género Botrytis spp. y Peronospora destructor, respectivamente. Sin embargo, los primeros resultados de este proyecto FIC y a través de la prospección realizada por el equipo de trabajo del laboratorio LAGRIC en las principales ecozonas productoras de aliáceas en la región de O´Higgins (comunas de Quinta de Tilcoco, Rengo, San Vicente de Tagua Tagua y Chépica) la predominancia en la incidencia de una pudrición acuosa, blanda y hedionda en la mayoría de los bulbos, la cual a nivel de laboratorio y a través de diferentes técnicas microbiológicas se identificó aislados del género de la bacteria Erwinia sp., como agente causal de esta sintomatología. Esta bacteria se multiplica muy activamente cuando tiene las condiciones favorables como son temperaturas altas (mayores a 25°C), acompañadas de alta humedad en el suelo, además, en algunos casos se puede desarrollar en condiciones anaeróbicas lo que facilita su propagación dentro de la planta.
La incidencia de Erwinia sp. se presentó tanto en los primeros estados de desarrollo del cultivo del ajo, como también previo y posterior a la cosecha, procesamiento y almacenaje de las cebollas de guarda; en este último periodo donde se producen las principales y visibles pérdidas de poscosecha en la mayoría de especies de Allium.
Al comparar la incidencia de hongos y bacterias, y en contraste de lo que se esperaba, el desarrollo de bacterias (incidencias mayores al 70%) predomina sobre el desarrollo de hongos (incidencia menor al 18%). Cabe destacar que en la ecozona correspondiente a la comuna de Quinta de Tilcoco, principal comuna productora de aliáceas, se desarrolló una mayor incidencia de bacterias, situación que se puede ver justificada por la escasa rotación de cultivos en cada temporada y potenciada por la inadecuada utilización de agroquímicos, ya sea por moléculas inespecíficas o dosis. Sin embargo, el resto de las comunas, no se escaparon de la alta presencia de Erwinia, presentando incidencias que no bajaron del 68% incluso posterior a las aplicaciones de fungicidas convencionales que realizan los productores.
Es importante volver a destacar que esta bacteria se encuentra presente durante todo el desarrollo de los cultivos de ajos y cebollas, ocasionando las mayores pérdidas durante el periodo de poscosecha, es importante considerarla como un patógeno presente en los huertos y que debe ser incluido en los programas fitosanitarios desde el establecimiento utilizando bactericidas efectivos y frontales que disminuyan su incidencia y con ello las mermas de plantas tanto a nivel de campo como durante el almacenaje que favorecerían los rendimientos obtenidos.
Aún falta mucho por hacer, es por esto que el proyecto de Transferencia programa de mitigación fitosanitaria en aliáceas (30474706-0) será el primer paso para generar información que permita, tanto al productor como a los asesores, conocer e identificar las enfermedades que se desarrollan en los cultivos de ajo y cebollas, con la finalidad de hacer más eficiente el uso de agroquímicos, contribuyendo a su vez con la sostenibilidad de los ecosistemas agrarios, aportando a la producción alimentos sanos e inocuos y aumentando sus posibilidades de exportación.


